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Saturno y Urano encarnan propiedades opuestas y tienen características fuertemente polarizadas:Saturno nos insta a permanecer igual, a corregir automáticamente cualquier influencia que conlleve un cambio, transformación o agitación.

Urano es el medio planetario que nos impulsa al cambio y actúa como el agente interno para la experimentación, el crecimiento, la evolución y la individualización.

El trabajo de Saturno es permitirte conocer tus limitaciones y fronteras, y desde este entorno de seguridad, moverte hacia adelante, sin perder nunca de vista la tierra firme y las raíces que Saturno representa.

Respetar el mensaje que nos mandan ambos planetas es importante. No debemos cruzar la línea de Urano sin tener a nuestro Saturno bien integrado porque los límites de Saturno nos protegen, nos proporcionan un sentimiento de seguridad de quienes somos y nos dan un orden. Cuando Urano irrumpe y amenaza con numerosos cambios, nuestra reacción es refugiarnos en los seguros muros de Saturno ante el temor de perder nuestra vieja estructura. Pero como la vida es evolución y un fluir y cambio constante, tarde o temprano llegará Urano para sacarnos del estancamiento y lo reconoceremos porque en el exterior se dará un suceso, muchas veces no deseado o inesperado, tal como un divorcio, un despido, una enfermedad, o un hecho traumático que nos va a forzar a adentrarnos en lo desconocido y que a la larga nos puede conducir al crecimiento.

Para adentrarse en la aventura incierta de Urano, nunca debemos descuidar a Saturno, que nos pide que mantengamos siempre los pies en la tierra . Urano, sin embargo, mira al cielo.

Saturno es el último planeta que podemos ver a simple vista. Hasta el descubrimiento de Urano en el año 1781 (seguido de Neptuno en 1846 y Plutón en 1930), Saturno era el planeta conocido más alejado, y representaba la frontera donde acababa el mundo visible. Más allá estaba lo desconocido. Esta ubicación representa la división entre el mundo consciente representado por los planetas que están más cerca del Sol, y el mundo inconsciente asociado a los planetas que están más allá de Saturno, que son Urano, Neptuno y Plutón. Es precisamente debido a esta ubicación que a Saturno se le ha llamado «el guardián del umbral”. Ese umbral se traspasa normalmente en la mitad de la vida y da muchísimo miedo hacerlo, pero tras ese umbral nos aguardan muchas sorpresas que tendremos que ir descubriendo individualmente y poco a poco hasta que el mensaje de los planetas transpersonales sea integrado por el colectivo.

Así que ambos Saturno y Urano son importantes. Siempre tened un pie en la tierra y otro en el cielo. Fijaos en el símbolo de la foto: Saturno, la cruz que apunta a la materia, hacia la tierra. Urano, la flecha que apunta al cielo.