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Que los viajeros hallen la felicidad allá donde vayan. Que logren llevar a cabo, sin esfuerzo, lo que se propusieron. Y que, cuando regresen a salvo a la orilla, puedan reencontrarse alegremente con los suyos.

Siete años en el Tíbet, película basada en un hecho real, cuenta la historia de Heinrich Harrer un alpinista que intentó ascender al monte Nanga Parbat, y en su intento fue capturado por los ingleses tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Tras una fuga y una larga travesía, llega a Lhasa capital del Tíbet donde vive el Dalai Lama, jefe espiritual de los tibetanos, que es aún un niño. Entre ambos se genera una relación que los transforma y les permite unir sus mundos.

La película, tiene como tema central el viaje de un hombre hacia el encuentro consigo mismo. Según Jung, el viaje es una poderosa imagen arquetípica, que simbólicamente nos habla del insaciable anhelo humano por la búsqueda y el encuentro propio del origen. El viaje es la búsqueda del alma humana por hallar todo aquello que le es propio: la belleza, la verdad, la inmortalidad.

“El único verdadero viaje de descubrimiento consiste no en buscar nuevos paisajes, sino en mirar con nuevos ojos” . (Marcel Proust)