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Goliat, de acuerdo con la narración bíblica, fue un soldado-gigante de la ciudad de Gat y paladín del ejército filisteo, que durante cuarenta días asedio a los ejércitos de Israel.

En dicha historia fue muerto por David con una honda y una piedra.

Nos gobiernan gigantes muy poderosos, que se blindan entre ellos creando un muro infranqueable, pero los pequeños David son más numerosos y mejores. Si de pronto muchos pequeños David se organizaran, Goliat sería vulnerable, porque le quedarían flancos por cubrir. Si aparecieran muchos pequeños David, todos a la vez, y atacaran a Goliat por sorpresa siendo más rápidos que el Gigante y todos a una, Goliat podría perder el equilibrio y caer, porque cuando se diera la vuelta para cubrir todos los frentes abiertos por el ejército de heroicos David, quizás  la honda ya le habría alcanzado.

Pequeños David: esta camarilla se creen poseedores de la verdad absoluta y por tanto con derecho a juzgar y a controlar las conductas de los demás. Son narcisistas, dominantes y manipuladores. Hay entre ellos sociópatas y psicópatas.Se autocuestionan poco. Se toman muy en serio a sí mismos y el papel que representan en la sociedad. Son dogmáticos e inflexibles. Sus semejantes les importan poco o nada. Tienen mucho miedo de la gente libre, la que piensa por sí misma.Por tanto, hay que recuperar la soberanía personal volviendo la mirada hacia nuestro interior para poder empezar a cambiar las cosas. El problema es que nos inundan de ruido y de distracciones para que no escuchemos nuestra propia voz y despertemos.

Goliat era extraordinariamente alto para la media incluso para los estándares actuales, pues medía seis codos y un palmo (2,9 m). Su cota de malla de cobre pesaba 5.000 siclos (57 kg), y la hoja de hierro de su lanza 600 siclos (6,8 kg).

No mucho tiempo después que Samuel ungió a David, y una vez que el espíritu de Dios había dejado al Rey Saúl, los filisteos se reunieron para guerrear contra Israel en Socoh, y acamparon en Efes-damim. Cuando las líneas de batalla de los filisteos y el ejército de Saúl se encontraron de frente a cada lado del valle, el gigantesco guerrero Goliat salió del campamento filisteo y en voz alta desafió a Israel para que presentara a un hombre que luchase con él en un combate cuerpo a cuerpo, cuyo resultado determinaría qué ejército llegaría a ser siervo del otro. Durante cuarenta días, Goliat desafió al aterrorizado ejército de Israel cada mañana y cada atardecer. No obstante, ningún soldado israelita tuvo suficiente valor como para aceptar semejante reto.

Un pastorcillo llamado David de la tribu de Judá, quien era pródigo en talentos y buen semblante, y sobre quien estaba el espíritu de Dios, hizo frente a su reto.

Goliat, precedido por su escudero, avanzó, invocando por sus dioses el mal contra David. A esto, David respondió: Tú vienes a mí con una espada y con una lanza y con una jabalina, pero yo voy a ti con el nombre de Dios de los ejércitos a quien tú has desafiado con escarnio. Cuando David le lanzó una piedra con su honda centrífuga, esta se le hundió en la frente y Goliat cayó a tierra.