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Aprovechando que está Júpiter en Escorpio y que es un buen momento para sacar a la luz las cosas, voy a inaugurar una sección para poner en cuestión toda una serie de tonterías y frases hechas que nos han venido contando.

Y empiezo con el » techo de cristal». Atent@s a la definición:

Definición al uso:

“Se denomina así a una superficie superior invisible en la carrera laboral de las mujeres, difícil de traspasar, que nos impide seguir avanzando. Su carácter de invisibilidad viene dado por el hecho de que no existen leyes ni dispositivos sociales establecidos ni códigos visibles que impongan a las mujeres semejante limitación, sino que está construido sobre la base de otros rasgos que por su invisibilidad son difíciles de detectar.”

Ambiguo ¿ no?

Pues ahí va la mía:

“Se denomina así al hecho de que la mayoría de mujeres prefieren cuidar y disfrutar de sus hijos a contribuir a enaltecer el ego de sus superiores jerárquicos y especies afines, quienes tras una apariencia de ser políticamente correctos suelen fijar las reuniones tarde para no llegar pronto a casa, no sea que tengan que bregar con la mujer y los hijos y con deberes, baños y cenas. Otra excusa que usan para eludir su responsabilidad -además de la de que tienen mucho trabajo- es el gimnasio, alegando estrés”.

(Como siempre hay honrosas excepciones, que confirman la regla ).

 Ojo, esto no quita que las mujeres que quieran ocupar puestos directivos y les guste deberían poderlo hacer en igualdad de condiciones laborales. Esto no va de feminismo, esto va de que el Divino femenino ha despertado y ya se ha dado cuenta de que todas estas palabras : «conciliación, igualdad, políticas de género, etc, son una engañifa. Lo  que llaman » mercado laboral», es un constructo pergeñado por  y para los hombres.

Las mujeres tenemos otra manera de abordar las cosas y otras prioridades. Debemos ser iguales en derechos, sí, pero en esencia somos muy diferentes y a la vez complementarios.