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“Despojémonos por un momento de cualquier idea preconcebida”, dice Hipatia en esta secuencia de la película Ágora, y es que las personas que se han hecho preguntas tratando de averiguar lo que no saben y de cuestionarse lo que saben son las que han ido haciendo el mundo evolucionar. Y han tenido que soportar que los fanáticos, obtusos e incapaces de cuestionarse sus creencias arremetan contra ellos. Hipatia se preguntó si el Sol era el centro del universo o si lo era la Tierra, y por qué el círculo, “la forma más pura de la geometría”, regía el movimiento del cosmos. Hasta que se dio cuenta, 1.300 años antes de Kepler, de que el secreto no estaba en el círculo, sino en la elipse.
Cuando falta algo en la oración sin que el sentido resulte oscuro o cuando en una película dos secuencias no tienen continuidad cronológica hay “ elipsis”, precisamente porque falta algo. La palabra viene del latín “ ellipsis” y esta voz del griego “ elleipsis”( falta ). La curva cerrada llamada elipse debe su nombre al ser un círculo imperfecto.
El círculo es “la figura perfecta”, la que traza el recorrido de los astros. Pero esa perfección mantiene un vacío en las leyes del universo, hasta entonces conocido.
Pero la búsqueda de la perfección simbolizada por el círculo se topa con la realidad imperfecta simbolizada por la elipse, porque el mundo no es perfecto, siempre falta algo por descubrir. Porque las leyes del Universo siempre han estado ahí y probablemente son perfectas y para ir evolucionando como especie necesitamos ir llenando y descubriendo ese vacío, abrir la mente e ir cuestionando y refutando todas las verdades que han sido consideradas absolutas en los diferentes momentos de la historia. Debemos seguir en constante búsqueda de respuestas guiados por nuestro anhelo de un mundo perfecto.
HIPATIA
(Alejandría, c. 370 – id., 415) Matemática y filósofa griega. Era hija del matemático Teón, profesor del Museo de Alejandría, el cual, fundado por Ptolomeo, era en la época una auténtica universidad a la que asistían alumnos ansiosos de instruirse en las ciencias y la filosofía.
Hipatia trabajó junto a su padre en la preparación de textos para los alumnos (entre otros el de los Elementos de Euclides, que reeditó críticamente) y escribió comentarios sobre la Aritmética de Diofanto, el Almagesto de Tolomeo y las Cónicas de Apolonio. Se interesó además por los mecanismos prácticos que usaba para el trabajo en astronomía, elaborando tablas de los movimientos de los cuerpos celestes, aunque se consagró principalmente al estudio y a la enseñanza de las matemáticas. Entre sus discípulos más destacados estuvieron el obispo Sinesio de Cirene y Orestes, que llegó a ser prefecto romano de Egipto.
Aunque no existe mucha documentación sobre Hipatia, es una de las primeras mujeres matemáticas sobre la que hallamos fuentes fiables. Su proceder tolerante, no discriminatorio con sus discípulos, y sus enseñanzas fomentadoras de la racionalidad (imprescindible para la ciencia) le fueron creando en la ciudad envidias y odios entre el obispo Cirilo y sus seguidores cristianos. Acusada por Cirilo de que su influencia en el ánimo del gobernador de aquella ciudad había motivado las persecuciones contra los cristianos, fue asesinada en un motín popular (al parecer, un grupo de exaltados asaltó su carruaje, la torturó y la quemó), y sus obras perecieron juntamente con toda la Biblioteca de Alejandría.
Las causas de la muerte de Hipatia, sin embargo, distan de ser claras. Estudios recientes han puesto en duda las motivaciones religiosas, objetando que Hipatia no era contraria al cristianismo (tenía discípulos de todas las religiones) e intentando enmarcar su muerte en el cúmulo de tensiones políticas que existía en la Alejandría de la época como consecuencia de la decadencia del Imperio Romano y de las luchas internas que la provocaron. Su asesinato tendría según estas hipótesis motivaciones políticas, dentro de la lucha que mantenían el patriarca Cirilo y el prefecto romano Orestes por la hegemonía política en Alejandría.
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/h/hipatia.htm