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Cómo brillar

Tú no estás aquí para enorgullecer a tus padres.
Mamá y papá se sentirán orgullosos, o no orgullosos, y en última instancia, tú no puedes controlar sus sentimientos.
No los mantendrás permanentemente orgullosos, de cualquier manera, ni evitarás que se decepcionen cuando cambies.
A veces ellos no aprobarán, o incluso rechazarán lo que haces.
Sentirán ira, duda, miedo: se sentirán confundidos con respecto a tu camino.
Se sentirán abandonados por ti, incomprendidos, ignorados.
Te criticarán, te juzgarán. O simplemente te ignorarán.

¿Adivina qué…? Ese es su trabajo. Tú no puedes metabolizar su dolor por ellos.
Tú no estás causando su dolor, su ira o su miedo, aunque digan que así es.
Tú no eres responsable de hacer desaparecer su tristeza, independientemente de la culpa que sientas.
Tu trabajo es recorrer tu camino, con coraje, bondad e integridad.
Tú no tienes que arrastrar la línea de tu familia, ni vivir el sueño de la familia, ni predicar la religión de la familia, ni defender la lucha de la familia.
Tú tienes la libertad de salir de lo conocido, y esto no te convierte en un egoísta, sino exquisitamente en ti mismo.

Acepta que mamá y papá no siempre se sentirán orgullosos.
Ese marido, esa esposa, ese amante, ese hermano, esa hermana, ese desconocido, ese amigo no siempre apreciará tu trabajo.
Ese rabino, ese cura, ese público, esos conocidos, no siempre aprobarán cómo vives o lo que compartes.

No existes en este planeta con el propósito de complacer a los demás.
Tu intención no es lastimar a los demás, por supuesto, ni tampoco hacer a los demás permanentemente felices.
Sino expresar tu verdad, y poner en acción lo que predicas, e inspirar a través del ejemplo.
Y los demás estarán felices o no; ellos recorrerán su propio camino.

El Sol no es egoísta a la hora de brillar.
Otros podrán decir: “¡Sol, brillas demasiado, o no lo suficiente!”
Está bien, tienen la libertad de sentir de esa manera.
Cada quien tiene su propia perspectiva del Sol.
Deja que cada quien se ocupe de su propio brillo y brilla de todos modos.

No puedes hacer que los demás brillen, pero puedes brillar en ellos, seguro.

JEFF FOSTER